A la hora de elegir vinos a veces no resulta fácil, muchos vinos, muchas etiquetas y a veces poca información. A continuación para no equivocarnos a la hora de comprar vinos, unos consejos para y disfrutar del mejor vino.
–Acuda siempre a profesionales y pida consejo. En la enoteca, en el bar de vinos, con el sumiller del restaurante no tenga ningún complejo en explicar de forma coloquial cómo es el vino que usted busca, explíqueselo con sus palabras. “Me gustan los tintos ligeros, con fruta, frescos.
–Si tiene tiempo, le gustan las redes sociales y le divierte investigar, converse o escuche a la gran cantidad de aficionados que día a día nos hablan del vino a través de sus blogs y de páginas de comunidad.
–Tenga en cuenta la comida que va a acompañar al vino y la ocasión que provoca ese encuentro. Una comida ligera y estival se acompañará por lo general con un vino de las mismas características: un tinto joven, un rosado fragante, quizás un blanco sin barrica. Una mesa de celebración requiere un vino más solemne. Sitúe el vino en la situación que debe acompañar y busque que ambos caminen de la mano y sin desacordes.
–A la hora de compartir un vino es importante también pensar en las personas con las que lo vamos a disfrutar. Su edad, sus gustos, su forma de pensar y su perfil nos marcarán el carácter del vino. No es lo mismo comer con las amigas habituadas a los vinos suaves y ligeros que con el cuñado aquejado de Riojitis aguda o con un amigo snob al que sorprender con un vino de tendencia, un vecino ecológico, el jefe o nuestra familia.
–Valore las denominaciones de origen periféricas o emergentes. A menudo sus vinos resultan más económicos que otros de territorios más reconocidos. No tenga miedo a poner en su mesa vinos sin denominación de origen, vinos de mesa o vinos de la tierra. Una etiqueta de un consejo regulador ya es un aval de un determinado perfil de calidad pero no llevarla, no implica lo contrario.
–Si el número de invitados de su mesa es grande y le exige comprar dos o más botellas de vino, quizás resulte más divertido y económico utilizar vinos diferentes para platos distintos. Puede comprar un vino joven de menor precio para acompañar una entrada ligera y reservar su presupuesto para el vino con reserva que maridará con el asado principal.
–No pague por lo que no es capaz de disfrutar, aunque a veces conviene hacer concesiones al conocimiento y a la curiosidad. A medida que nuestra experiencia con el vino aumenta, vamos siendo capaces de diferenciar nuevos aromas, más sabores, nuevos productos… pero esta evolución exige un recorrido.
–Lea las etiquetas de las botellas, son una fuente importantísima de información, especialmente en nuestro país. Valore variedades, formas de vinificación, edad del viñedo, altitud de la viña, tipología de suelos, crianza, características y geografía del roble etc… cada dato le estará hablando del vino y aportando pistas para la toma de decisiones.
–Compre el vino en tiendas y enotecas con rotación y buenas instalaciones, consérvelo en buenas condiciones y sírvalo bien. Cuide la temperatura de servicio, no tenga miedo a enfriar el vino en un envase con hielo, incluso si se trata de tintos jóvenes o de crianza, no sólo blancos o rosados. Sirva el vino en buenas copas, deseche vasos, copas de vidrio o copas pequeñas e inadecuadas. Abra el vino con tiempo, decántelo cuando se trate de vinos con largas crianzas y tenga en cuenta que el vino exige una liturgia que es de obligado cumplimiento cuando se quiere disfrutar.
Por último, recuerde que el vino no es para quitarse la sed, exige beberlo con moderación y vivirlo con pasión. De esta forma el vino será siempre nuestro mejor cómplice.
Artículo escrito por Vinooferta.com el 10 de Ene de 2013 en Vinos, vía vinetur.com