¿Sabíais que… en los inicios de la Bodega, nada más arrancar con la crianza de sus vinos en 1880, el Marqués de la Solana al igual que todos los vitucultores del momento tuvieron que hacer frente a uno de los problemas vitivinícolas más importantes de la historia del vino?
Me refiero a la Filoxera, una enfermedad, que casi acabo con la viticultura europea aunque afortunadamente se encontró una solución mediante la utilización de portainjertos resistentes., que empezaron a llamarse (“pie americano), y sobre los que se injertaba las variedades típicas de cada zona.
La Filoxera es un pulgón cuyo único huésped conocido es la vid, un insecto que entra por la raíz de la vid provocando al año siguiente que los sarmientos se corten, la hojas pierdan lozanía y clorofila, tomando un tono amarillento y provocando que los frutos o uvas caigan antes de su madurez debido a la podredumbre de las raíces y como consecuencia la planta acaba muriendo.
Volviendo a la historia, según nos cuenta el bando que atesoramos desde entonces y que compartimos con vosotros: Las cortes del reino de España votaron el 30 de julio de 1878 la primera ley contra la filoxera ante los acontecimientos que estaban ocurriendo en otros países, como por ejemplo Francia, con el objetivo de definir acciones preventivas o a acciones a realizar en caso de que algún viticultor detectará la enfermedad. Ese mismo año se detectó algún foco en Málaga pero a Rioja tardaría algunos años en llegar. La historia nos cuenta que en 1899 se detectó el primer brote en Sajazarra y que en 1904 ya estaba extendida por toda la zona, lo que hizo que en aquellos años 1900 a 1920 se perdiera una gran cantidad de viñedos en Rioja y en toda España.